jueves, 8 de noviembre de 2007
Un error...
jueves, 1 de noviembre de 2007
Dos Países
jueves, 22 de marzo de 2007
La corrupción

Alvaro Mutis hace hablar a Bolívar en «El último Rostro».
“… en el camino nos perdemos en la hueca retórica y en la sanguinaria violencia que todo lo arrasa. Queda una conciencia de lo que debimos hacer y no hicimos y que sigue trabajando allá dentro, haciéndonos inconformes, astutos, frustrados, ruidosos, inconstantes. Los que hemos enterrado en estos montes lo mejor de nuestras vidas, conocemos demasiado bien los extremos a que conduce esta inconformidad estéril y retorcida. ¿Sabe usted que cuando yo pedí la libertad para los esclavos, las voces clandestinas que conspiraron contra el proyecto e impidieron su cumplimiento fueron las de mis compañeros de lucha, los mismos que se jugaron la vida cruzando a mi lado los Andes para vencer en el Pantano de Vargas, en Boyacá y en Ayacucho; los mismos que habían padecido prisión y miserias sin cuento en las cárceles de Cartagena, el Callao y Cadiz de manos de los españoles? ¿Cómo se puede explicar esto si no es por una mezquindad, una pobreza de alma propias de aquellos que no saben quienes son, ni de dónde son, ni para qué están en la tierra? El que yo haya descubierto en ellos esta condición, el que la haya conocido desde siempre y tratado de modificarla y subsanarla, me ha convertido ahora en un profeta incómodo, en un extranjero molesto. Por esto sobro en Colombia…”
jueves, 8 de marzo de 2007
Todos me preguntan por Bolivia...

Un boliviano no hace sino lo que le dicen que tiene que hacer.
Para ir más allá, para atreverse, para improvisar, tendría que dar un salto que todavía no está inscrito en su código genético.
Utilizando ese método contra quienes creen que le dicen lo que tiene que hacer, cada boliviano termina haciendo nada más que lo que se le da la gana.
Por eso no avanzan, porque cada uno de sus pasos es la negación del paso inmediatamente anterior.
Su forma de moverse es el hundimiento, echar raíces.
Imagínense la estructura social que se puede construir con ese tipo de seres.
Los movimientos aquí hay que buscarlos en el subsuelo porque en la superficie todo es rígido.
Desde luego, Evo y Linera lo saben, o si no lo saben, de todas maneras han sido colocados ahí, pero ¿de dónde van a sacar gente que juegue en su mismo equipo?
Lo que se está jugando en Bolivia es el partido final del campeonato de la especie humana contra sí misma. Tenemos que ganarlo y perderlo al mismo tiempo si es que de verdad queremos continuar. Por eso el director técnico tiene que ser boliviano.
Me sigo acordando, aunque todavía no sé para qué, de esa frase que vi en un cuadro en una exposición en Sucre hace ya algunos años: nunca como hoy todos me preguntan por Bolivia.
miércoles, 7 de marzo de 2007
Kamikazis

martes, 6 de marzo de 2007
Estrategia

Es domingo, son las cuatro de la tarde y sales muerto de hambre con ganas de comerte un pollo . Llegas al local y el asador está lleno de pollos deliciosamente asados. Pides uno. El empleado te mira medio asustado, vacila, entra a la cocina y regresa con una noticia terrible: «no señor, no hay pollos». ¿Cómo que no hay pollos? ¿Y los que están ahí colgados? «Bueno, ésos son para vender en la noche… si quiere a partir de la 6 otra vez hay pollos».
Letrero pegado justo debajo del timbre en la puerta de una tienda que casi siempre está vacía: «si tiene mucha prisa mejor compre en la tienda de al lado».
Es Bolivia, el mundo del anti mercado. Evidentemente aquí la razón por la cual existen muchos locales comerciales no es precisamente el comercio. ¿Cuál será esa razón?
Intuyo que de lo que se trata no es de hacer circular el dinero sino los problemas, agrandar todo posible motivo de queja y lamento.
No vayan a creer que es una estupidez… es una estrategia.